Existen muchas especies de hámster en todo el mundo, pero los más comunes como mascotas son: el hámster sirio, el hámster ruso y el hámster chino (menos conocido).

El hámster sirio, también llamado hámster dorado (Mesocricetus auratus), es originario de Medio Oriente (Israel y Siria), y es el de mayor tamaño de los tres. Puede llegar a medir 15 cm y a veces más, su pelaje habitual es marrón claro, aunque hay otras tonalidades (blanco, crema, canela, gris plata, etc) e incluso hay variedades de pelo largo. La esperanza de vida promedio es de 2 a 3 años. Son animales muy territoriales y conflictivos si se los junta en el mismo recinto con otros de su misma especie.

El hámster ruso (Phodopus sungorus) es originario de Kazajistán y el suroeste de Siberia. Es en la actualidad el hámster enano con mayor difusión debido a su buena reputación, por su gran docilidad. Son pequeños (de 7 a 10 cm) y viven entre 1,5 y 2,5 años. Existen varios colores; entre ellos el nominal (gris con raya dorsal más oscura), argente, perla, zafiro, etc. Aceptan mejor que el hámster dorado la convivencia con los de su misma especie, y más aún si fueron criados juntos desde que nacieron; igualmente nunca hay que confiarse demasiado.

El hámster chino (Cricetulus griseus) es pequeño (alrededor de 10 cm), originario de los desiertos del norte de China y Mongolia. Es el único hámster con cola larga y prensil, que es utilizada como apoyo en determinadas ocasiones. Hay de varios colores, pero el más común es el marrón grisáceo con una línea oscura que va desde la cabeza hasta la cola. Pueden llegar a vivir de 2 a 2,5 años. Es el menos difundido de los tres mencionados.

Ciclo reproductivo:

Ante todo hay que tener presente que estos animalitos son muy precoces y se encuentran sexualmente maduros a los 2 o 3 meses de edad (dependiendo de la especie), e incluso pueden serlo un poco antes. Para que la reproducción sea más eficiente, es conveniente introducir a la pareja en un territorio neutral o en su defecto, en el recinto del macho.

El celo de la hembra se repite cada 4 o 5 días, durante una noche, y la gestación es de 15 a 20 días. Suelen tener en promedio de 4 a 6 crías, las cuales nacen sin pelos y con los ojos cerrados, y son destetados entre el día 20 y 25 de vida (las variaciones en los parámetros fisiológicos se deben a las diferencias entre especies).

Debemos tener en cuenta separar al macho una vez nacidas las crías para minimizar el estrés que su presencia le provoca a la hembra. Las crías no deben tocarse, ni ser molestadas o espiadas hasta por lo menos 2 o 3 semanas de nacidas, para evitar el canibalismo que suele ser frecuente cuando la madre se estresa en este período.

Alimentación:

El alimento que le proporcionamos a nuestro hámster tiene que ser lo más variado posible. En rasgos generales tiene que ser rico en fibra y pobre en grasas.

La dieta de estos animales está basada fundamentalmente en semillas y cereales, lo cual resulta ineficiente para cubrir sus necesidades corporales. Además ellos suelen elegir las semillas con alto contenido graso (girasol) y esto puede ocasionarles ciertos problemas de salud.

Las semillas son deficientes en vitaminas y minerales, lo cual acelera el proceso de osteoporosis en los hámsteres. Lo ideal es complementar esta dieta con frutas y verduras, heno, arroz cocido, etc., que les van a aportar las vitaminas y minerales que ellos necesitan.

Alojamiento:

El recinto debe ser grande, ya que los hámsteres son animales muy activos y necesitan mucho espacio para estar cómodos y confortables.

Son ideales las jaulas de reja con suelo de plástico. La ventaja de estas es que tienen buena ventilación y los hámsteres utilizan los barrotes para trepar; algo que les encanta. Por esto mismo, si podemos conseguir una jaula de varios pisos, mejor. Hay otro tipo de hamsteras, como la de cristal o de plástico, que si bien son más seguras, no ofrecen buena ventilación, y menos aún si no se les cambia el sustrato a diario.

Accesorios:

Es ideal que posean un bebedero automático (tipo botella), con el cual no se desperdicia agua y la cama se mantiene bien seca, evitando de esta manera la contaminación por hongos o dermatitis diversas que pueda sufrir nuestro animal por el exceso de humedad.

Los comederos deben ser pesados y en lo posible de base ancha para que no puedan darlos vuelta; y de un material que impida roerlos (vidrio, cerámica). Los de plástico también son aptos, aunque menos resistentes.

Al ser animales activos, sería bueno agregar una rueda para que puedan hacer ejercicio. Es recomendable que sea entera, sin barrotes, ya que podría ocasionales accidentes graves (fracturas, heridas).

También es conveniente ponerles un refugio, que es donde van a pasar la mayor parte del día durmiendo y se van a sentir protegidos.

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